Saturday, August 28, 2010

La corrupción realmente existente

http://www.larepublica.pe/claro-y-directo/27/08/2010/la-corrupcion-realmente-existente

Por Augusto Álvarez Rodrich (alvarezrodrich@larepublica.com.pe)

Sin liderazgo para encararla, la corrupción sigue en alza.

El presidente del Consejo de Defensa Judicial del Estado, Daniel Figallo, ha hecho una denuncia que es gravísima pues implica con la corrupción a 166 jueces. Pero esto no es tan grave como la indiferencia que una advertencia de esa naturaleza produce en el país.

Figallo, cuya actuación se enmarca en el paraguas establecido por el ministro de Justicia, Víctor García Toma, quien no ha ocultado su desazón por la manera sospechosa como se desempeñan los jueces, ha realizado una señalización inusual de un grupo de magistrados implicados en actos irregulares.

Algunos de ellos son tan graves como el narcotráfico, el cual sería el problema de 44 de los 166 jueces incluidos en esta lista.

Estos vocales habrían favorecido de manera irregular a mafias dedicadas al tráfico ilícito de drogas y al lavado de dinero.

Hace poco, el presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein, le solicitó a Figallo que le diera los nombres precisos de los magistrados corruptos. Cuando se los dio, sin embargo, su respuesta fue que “decir que un juez es corrupto porque falló en determinado sentido es una presión inaceptable, un chantaje”.

La convicción política que existe en el país para combatir a la corrupción es muy escasa, y a la gente esto le está molestando cada vez más, tal como lo evidencia la encuesta reciente que Proética le encargó a Ipsos-Apoyo, al punto que se confirma que la corrupción se ha vuelto la preocupación principal de los peruanos.

Según Proética, el resultado más destacado es que ocho de cada diez peruanos le reclaman al gobierno no tener liderazgo (76%) ni eficiencia (83%) en la lucha contra la corrupción durante estos años. Asimismo, la mitad de los encuestados opina que el gobierno no tiene interés por esta lucha, mientras que solo el 16% le reconoce algún nivel de compromiso real.

Lo bueno de esto es que la población está tomando cada vez mayor consciencia de que la corrupción es un grave problema nacional que, entre otras consecuencias, afecta la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente de los más pobres. Pero la mala noticia es que, a todas luces, este problema les interesa un pepino a los principales sectores políticos del país.

Mientras esto ocurre, la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción se ve inmersa en pleitos como el que protagonizan el presidente del Poder Judicial Villa Stein y el presidente del Tribunal Constitucional, Carlos Mesía; y la campaña electoral para la elección de Lima empieza a deslizarse creyendo –ilusa o interesadamente– que, sin Alex Kouri en la carrera, la decencia ya derrotó a la corrupción.

En el Perú las cosas están de cabezas. El Poder Judicial, en más de una oportunidad ha sido nombrado como una de las instituciones más corruptas del Aparato Estatal. De acuerdo a ello, la cabeza del Poder Judicial es ambivalente y refleja lo que el actual gobierno quiere de esta institución. Al actual gobierno no le conviene una independiente y eficiente administración de justicia. Tampoco le conviene una modernización de este aparato de poder. La modernización y la independencia jurídica le traerían muchos problemas a Alan y sus acólitos. Primeramente tendrían que responder sobre los muchos cargos de corrupción que se le acusan. Luego sobre los crímenes de lesa humanidad (ASACLC).

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