Alan García conoce que la defensa de los intereses de la patria resta en el desarrollo integral de la Nación, la inversión en educación, la buena y transparente administración de nuestros recursos naturales estratégicos, y en la pulcritud y profesionalismo de las instituciones tutelares que velan y lidian con la administración pública. Sin embargo, gracias al espía, Alan García en una calculada maniobra patriotera trata de distraer la atención de los peruanos y encarpeta los verdaderos problemas que con urgencia necesitamos resolver. Como se conoce, los casos de espionaje en sus varias formas, son de constante ocurrencia y los países ofendidos como en el caso del Perú, dilucidan la acción en forma mesurada pero con firmeza. Para ello se tienen instituciones responsables como el Ministerio de Relaciones Exteriores y/o el Ministerio de Defensa.
Más aun, el hecho mediático indica que el espía es un peruano (últimamente se indica que las personas implicadas son 6 ¿?) con rango de suboficial de la Fuerza Aérea. Ello muestra, que si no hay corruptela y complicidad desde las más altas esferas de mando o poder, esta persona solo ha tenido acceso a información de poca relevancia y no de carácter estratégico-nacional. Por consiguiente, y teniendo en referencia el actuar histórico de Chile en relación al Perú, la respuesta parece solo amerito la intervención de canales diplomáticos a nivel consular y el uso de canales legales/judiciales para juzgar a los culpables.
Las razones y modos de la filtración de la noticia y la actitud de García parecieran muchos. Ciertos analistas del quehacer nacional e internacional indican que la verdadera intención de Alan García pareciera no la defensa firme de los derechos de la nación, sino el de crear y aprovechar del pánico y así poner zancadilla a las investigaciones y análisis de los casos de corrupción que a diario comprometen a altas autoridades del gobierno. Por ejemplo, mientras estas noticias dominan los titulare de los principales medios de comunicación, algunos diarios han informado que los “faenones” con actores del poder judicial, legislativo y ejecutivo van en crecimiento acelerado y los reyes del “faenón” están haciendo de las suyas en los pasillos de las instituciones de poder y las cortes. Las otras hipótesis revuelven alrededor de; 1) que Chile con esta acción busca neutralizar el acertado anti-armamentismo del Gobierno Peruano y 2) que la derecha ultra conservadora de Chile, Perú y Estados Unidos están conjugando acciones para desbarrancarnos en un conflicto patriotero y de esa manera rescatar o mantenerse en el poder político.
En caso contrario, si realmente existe una voluntad soberana para defender los derechos inalienables del Perú y si el caso lo amerita, el estado Peruano necesita inmediatamente revisar sus relaciones diplomáticas y posiblemente mantenerlas a un nivel consular mínimo y sin relaciones comerciales.
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