Saturday, November 28, 2009

¿Después de los espías y los pishtacos,…, cual es la próxima noticia sórdida?

Pareciera que el término de “aceitar” no pasó por desapercibido dentro del mundo depravado de la corrupción. Durante estas dos últimas semanas; la gran mayoría de los medios de comunicación masiva, quisieron torpemente extrapolarnos hacia dos mundos discordantes; a) hacia el mundo de un patriotismo irracional y b) hacia aquel mundo de la fantasía tétrica y vivencia surreal.

Si bien el primer mundo por las implicancias políticas que el hecho trae es difícil de digerir, el segundo mundo es extravagante en surrealismo. El hecho del tratar de usar lo que nuestros progenitores, allá en el mundo andino, utilizan para asustar o disciplinar a los vástagos normalmente insubordinados, fue totalmente torpe y sin un ápice de imaginación. La historia fantasiosa de los Nakag o Pishtacos (para mejor entender sobre el tema, léase “Los Ríos Profundos” del gran José María Arguedas o “Lituma en los Andes” de Vargas Llosa) en sana mente no podían causar estragos, pero la parodia, de la manera de como fue presentado, solo parecía una conspiración del Ministro Salazar y los pishtacos en contra de los negocios de nutrición, vida sana, perdida de peso y los gimnasios. Claro esta que la acción en si, muestra actos de criminalidad y bestialidad humana, pero ello no implica que los hechos sean políticamente explotados para saciar intereses obscenos. Lamentablemente, aunque no lo hubiéramos querido, la “noticia” ya dio la vuelta al mundo y los peruanos fuimos expuestos como gente primitiva.

¿Pero estos hechos a donde apuntaron? Una respuesta lógica es, que el gobierno Aprista urgentemente necesita oxigenarse para sobrevivir de un descalabro moral total. Como lo sabemos, el Aprismo esta arrinconado y están al borde del precipicio, y por ello, desesperadamente necesitan descarrilar la atención de los peruanos de hechos que a diario muestran la podredumbre de las estructuras de poder. Últimamente los actos de corrupción en los niveles más altos de poder parece se han convertido en una acción de protocolo oficial de la vida política-pública en el Perú. En vez de alfombra roja ahora priman las dadivas, los negociados oscuros con arreglos debajo de la mesa, y posiblemente con depósitos monetarios en cuentas secretas en los países paraísos fiscales.

El gobierno y el poder judicial conocen muy bien que el caso de los “petroaudios” es una piedra en sus zapatos, pero debido a sus inmensos egos y desprecio a la moralidad y civilidad peruana no hacen nada para resolver el problema. Si añadimos a ello los viajes de los vocales y partidarios Apristas, con pasajes y posiblemente bolsas de viaje pagados por una institución que tiene casos judiciales pendientes por resolver, solo se puede dilucidar que la complacencia de este gobierno con la corrupción es deliberada y mañosamente manipulada.

Un análisis serio sobre estos hechos indica que lo conocido sobre estos actos de corrupción son solo pequeñas evidencias de toda una estructura organizada para delinquir. Ahora último se ha detallado que las influencias y acuerdos que ha obtenido la universidad Alas Peruanas acusan hasta a las más altas esferas de poder, incluyendo relaciones no poca claras con la Municipalidad de Lima y algunos “Doctores Honoris Causa” ¿?. Asimismo, como Carlos Basombrio en su articulo “Cortina de Grasa” intuye, posiblemente hay otros hechos mas que están siendo políticamente usados y solapadamente arrinconadas hacia la esquina del olvido (http://compartidoespacio.blogspot.com/2009/11/cortina-de-grasa-carlos-basombrio.html).

Pero las evidencias de la corrupción institucionalizada aun van más allá. Ahora último aparte del comportamiento nefasto del ex-ministro de Vivienda del Gobierno Aprista, el Sr. Alisón, se ha destapado un festín fiscal con la plata de los contribuyentes. Se informa que de acuerdo a decretos especiales emanados por el poder legislativo muchos de los llamados padres de la patria y el mismo Presidente Alan García han recibido suculentos bonificaciones y/o pensiones que alcanzan los miles de soles (http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia.php?IDnoticia=51403). Desde una óptica legalista, el pago recibido por estos patronos parece se ajusta a la ley pero el sentido moral de las acciones no cunden desde ningún punto legalidad. Mas aun, teniendo en consideración que las acciones se dan en un país en donde la pobreza nos salpica en la cara y los personajes inmersos supuestamente han sido elegidos para resolver estos problemas álgidos, los actos son nauseabundos.

En suma todos estos actos putrefactos indican que el nivel de desprecio por la honestidad y la moral de los peruanos han llegado a puntos críticos. Es por eso, que desde este blog y de los otros muchos que se afanan por recuperar nuestros valores humanos, pedimos nuevamente que ya sea tiempo en que la población peruana levante de ese letargo y actué. Dentro de un estado de derecho, las personas “simples y/o comunes” tenemos la obligación de coordinar acciones contra hechos que desmoronan nuestra integridad de seres humanos.

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