Tuesday, July 24, 2012

La promesa de lucha contra la corrupción no se sintió en el primer año



Procurador anticorrupción y cobro de reparaciones son un avance, pero aún hay mucho por hacer. Quedan como sombras los casos del amigo de Alexis Humala que hace negocios con el Estado y el de Omar Chehade, proceso que aún no termina.

Jorge Loayza./

El polvo que cubre la frase “Honestidad para hacer la diferencia” en uno de los tantos carteles del entonces candidato Ollanta Humala que aún se mantienen de pie en la capital, refuerza la impresión de que el lema de campaña ha sido olvidado, pues en el balance del primer año este gobierno no ha dado señales firmes de un compromiso en la lucha contra la corrupción.

Desde el inicial plan La Gran Transformación hasta la Hoja de Ruta, el presidente prometió una lucha frontal contra la corrupción. “Sueño con un Perú donde la vida no sea un riesgo, donde las ciudades sean espacios seguros, donde el ciudadano se encuentre protegido. Para esto necesitamos más estado, más patria y que la corrupción sea sancionada”, dijo Humala hace un año, cuando asumió el mando.

EN CAMPAÑA Y MENSAJE

Con menos de una hora de asumir como presidente, Humala propuso la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción en agravio del Estado y la inhabilitación a perpetuidad de cualquier función pública contra quienes los cometan. Otras propuestas fueron la supresión de las penas condicionales en las condenas por corrupción y la eliminación de los beneficios penitenciarios.

Sin embargo, el pedido del estrenado presidente no se ha hecho realidad. Pese a que Gana Perú tiene mayoría en el Congreso, este no aprobó el dictamen del proyecto de ley de la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción. Y si bien el nacionalista Fredy Otárola solicitó una reconsideración de la votación, el tema no se ha vuelto a ver.

Igual, durante su primer mensaje al Congreso, el entonces premier Salomón Lerner Ghitis prometió crear la Procuraduría Única Anticorrupción, lo que se cumplió, aunque no en el plazo anunciado.

Lerner también dijo que se crearía una Procuraduría General para casos de corrupción y criminalidad para Altos Funcionario del Estado. Eso aún es deuda.

MALAS SEÑALES

Si bien el mejor logro del gobierno de Ollanta Humala en este tema es la creación de la Procuraduría Única Anticorrupción, a cargo de Julio Arbizu (la recuperación de dinero de la corrupción y los embargos son un buen avance), lo cierto es que los escándalos que implicarían temas de corrupción lo ha marcado más este primer año.

Los casos no son pocos y empezaron antes de que Ollanta Humala asuma la presidencia, con la visita de su hermano Alexis a la Federación Rusa, donde se reunió con funcionarios estatales de ese país en representación del futuro gobierno. La respuesta fue el silencio presidencial y una tibia reprimenda partidaria.

Hoy, ese caso ha vuelto a la escena, pues se reveló que uno de los acompañantes de Alexis a Rusia, el empresario Fabrizzio Pimentel, incrementó sus contratos con el Estado de 49 mil soles a 7 millones de soles desde que empezó el gobierno.

En ese mismo escenario oscuro se encuentra el caso del segundo vicepresidente de la República, Omar Chehade, a quien la presión de la opinión pública logró que dejara el cargo. Sin embargo, la bancada nacionalista lo salvó de una acusación constitucional.

Para el procurador anticorrupción Julio Arbizu sí se está librando una batalla contra la corrupción. Sin embargo, reconoce que los cerca de 16 mil casos por corrupción que se ventilan en todo el país es una avalancha para el insuficiente número de personal, unos ochenta abogados en todo el país.

¿Se acentuará la lucha contra la corrupción? Tal vez el cambio de gabinete sea una buena señal.

CLAVES

Personaje polémico.

El presidente Ollanta Humala nombró como su consejero en asuntos jurídicos al abogado Eduardo Roy Gates, quien había defendido a Rómulo León Alegría –procesado por delito contra la administración pública– y Manuel Sánchez Paredes, acusado de lavado de activos. Ollanta Humala lo defendió.

El País parece sumido en la imbecilidad debido a la amenaza de avezados delincuentes que a lo largo de su carrera política se han convertido en millonarios. Estos individuos nos tienen acogotados y ni la llamada “súper comisión” tiene el sentido histórico de desenlazar esta mafia que controla el vaivén del Poder Judicial. El Poder Judicial, una institución con relleno putrefacto de trasnochados Apristas, no tienen el menor sentido de justicia y con el tiempo deviene en un puente patrocinador del olvido y el continuismo del robo y la trampa (ASACLC).

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